El espacio Ritual.

El lugar y el entorno no pueden separarse de la experiencia ritual. El ritual engloba en su estructura todo lo que acontece en su diseño, es por esto que no es arbitraria la construcción no sólo de la cabaña donde se realiza el baño de vapor, sino que todo el escenario ritual está alineado con las energías telúricas del lugar, siguiendo su geometría sagrada.

“La geometría sagrada o canónica no es ningún invento oscuro de la mente humana, sino la extrapolación por dicha mente de las pautas implícitas de la naturaleza que enmarcan la entrada de energía en nuestra dimensión espacio-tiempo” Devereux, Paul.

Del mismo modo que las construcciones sagradas de civilizaciones antiguas usaban la astronomía para levantar sus templos, el Temazcal sigue las líneas de la salida y la puesta de sol, estableciendo así una relación entre el espacio ritual y su entorno. El fuego del Temazcal se alinea con el Este, por donde sale el Sol y  trazando una línea de Este a Oeste se colocarán el altar y el vientre donde se reciben las piedras. El Temazcal queda situado al Oeste, donde se pone el Sol, la oscuridad, la receptividad donde se genera la vida.

Los materiales de construcción, así como el diseño del baño de vapor tienen un antiguo y profundo simbolismo.

la cabaña representa a toda la creación y al vientre sagrado de nuestra Madre Tierra en cuyo ombligo se colocan las abuelas piedras, sabias poseedoras del código genético de la historia de nuestro planeta. Es una representación del universo.

“El simbolismo del retorno al vientre tiene siempre una valencia cosmológica. El mundo entero, simbólicamente, regresa, con el neófito, a la Nochecósmica, para poder ser creado de nuevo. Penetrar en el vientre, equivale a una regresión  a lo indistinto primordial, a la Noche Cósmica.Salir del vientre, o de la cabaña tenebrosa, o de la “tumba” iniciática, equivale a una cosmogonía.” Eliade, Mircea

La cabaña es circular, porque para el indio el poder del universo actúa siempre mediante círculos.

De echo en muchas poblaciones aborígenes de América del Norte, el término “mundo” (=cosmos) se utiliza asimismo en el sentido de año como explica un Medicine Man Lakota:

“En los días de antaño, cuando éramos un pueblo fuerte y feliz, recibíamos todo el poder del círculo sagrado de la nación, y mientras el círculo permanecía entero, el pueblo florecía. El árbol florido era el centro vivo del círculo, y el círculo y las cuatro direcciones lo nutría. La dirección del este daba la paz y la luz, el sur el Calor, el oeste la lluvia y el Norte con su viento frío y potente, daba la fuerza y la resistencia. El ciclo es circular, la tierra es redonda y también las estrellas son redondas. El viento en su fuerza máxima se arremolina. Los pájaros hacen sus nidos en tiendas, nuestros tipis eran circulares como los nidos de los pájaros y estaban siempre dispuestas en círculos: el centro de la Nación, un nido echo de muchos nidos, en que el Gran Espíritu quería que cobijáramos a nuestros hijos” Alexander Eastman, Charles.

“Su cabaña sagrada, que, como hemos visto, representa el Universo, simboliza al propio tiempo al Año. Pues al año se le concibe como un recorrido a lo largo de las cuatro direcciones cardinales, significadas por las cuatro ventanas o cuatro puertas de la cabaña sagrada. Los dakota dicen: el Año es un círculo alrededor del mundo, es decir, alrededor de su cabaña sagrada,  que es una imagro mundi.” Eliade, Mircea

Todos los que van a ser purificados penetran entonces en la cabaña con el guía  por delante. Al inclinarse para entrar deben pronunciar las siguientes palabras:

AHO MITAKUYE OYASIN o bien; por todas mis relaciones.

Esto es así, porque según la cosmovisión Lakota, y si tenemos cierta capacidad de observación podemos comprender que , todo lo que el Gran Espíritu ha creado forma parte de la vida, y por lo tanto participa junto con los asistentes. El aire, el agua, el fuego y la tierra “Ina Maka”, entran todos en conjunción para que el interior de la pequeña cabaña, el agua vertida sobre las piedras enrojecidas por el fuego, genere un vapor que los Lakotas reconocen como el aliento de “Tunkashila” el gran padre.

Según los asistentes van entrando, gateando, primero el guía, luego las mujeres y después los hombres, le dan la vuelta en el sentido del movimiento del sol. Todos permanecen en silencio recordando el propósito que los ha llevado a la ceremonia.