El camino por delante

El comienzo de un nuevo año es mucho más que una fecha en el calendario; es un momento que invita a la reflexión, a la honestidad y al coraje. Nos impulsa a mirar no solo hacia adelante, sino también hacia adentro. No se trata de fijarnos metas externas, sino de preguntarnos: ¿Qué parte de mí estoy llamado a redescubrir?

En nuestra sociedad, estamos acostumbrados a medir el progreso con logros tangibles: títulos, metas alcanzadas, resultados visibles. Pero el verdadero progreso —el que sana, transforma y libera— ocurre en el espacio interno, allí donde decidimos caminar hacia nosotros mismos, paso a paso, incluso cuando el terreno es incierto.

El camino por delante: Intención, presencia y autocompasión
En mi experiencia como terapeuta, he visto una y otra vez cómo las personas se enfrentan al miedo de no saber por dónde empezar. Pero la verdad es esta: no hay un mapa predefinido. El camino no está allí esperando a ser recorrido; el camino se revela al andar.

Tal vez estés cargando heridas del pasado que te pesan como piedras en una mochila. Tal vez hayas aprendido a protegerte con patrones que te alejan de la conexión, incluso contigo mismo. Pero quiero recordarte algo importante: en cada paso, hay una oportunidad de soltar, de reparar, de crear algo nuevo. La sanación no es un destino, sino un proceso continuo de regresar a quien realmente eres.Mientras entramos en este 2025, te invito a explorar:

  • ¿Qué parte de mi historia está pidiendo ser escuchada?
  • ¿Qué patrones o heridas ya no necesito para protegerme?
  • ¿Cómo puedo caminar hacia adelante con más autenticidad, más apertura, más compasión?

Recuerda que el progreso no siempre es visible, y no necesita serlo. Muchas veces, los momentos más significativos de sanación son los que suceden en silencio, en esa conexión íntima con nosotros mismos y con los demás.

No importa dónde estés en este momento: siempre puedes dar un paso. Siempre puedes elegir caminar con más conciencia, con más verdad. Y recuerda: el hecho de que estés aquí, leyendo esto, ya es un acto de valentía.

La sanación no es lineal, ni perfecta, ni rápida. Pero cada paso importa. Como dijo Antonio Machado:

“Caminante, no hay camino, se hace camino al andar.”